Estos niños no son tan niños

Segunda entrega de las entradas de opinión del blog. En esta ocasión sobre el GP de China y su repercusión.

Para mí, el GP de China tiene dos nombres propios, con permiso del vencedor Lewis Hamilton: Max Verstappen y Carlos Sainz. El primero, por su impresionante remontada; el segundo, por echarle virutas.

Las actuaciones de Max Verstappen ya no deberían destacar, puesto que es el pan de cada día del holandés. Pero esta vez no. Con estos coches con los que es difícil adelantar, con una salida en condiciones húmedas, saliendo 16º y subiendo nueve posiciones en la primera vuelta. Cual videjuego. Max cuajó una estupenda carrera para terminar tercero. Y podría haber sido segundo si no hubiera cometido el error luchando con Vettel, visto cómo defendió la tercera plaza con Ricciardo y sabiendo cómo se las gasta el neerlandés.

Pero lo de Carlos Sainz fue una demostración más de talento por explotar. De cómo medio paddock le mira y cómo Red Bull sabe que está desaprovechado, pero no quieren perder ese talento. Con la
pista medio húmeda, y con todos los pilotos apostando por intermedios, el madrileño fue el único (junto con Jolyon Palmer, que cambió en el último segundo tras la vuelta de formación) en salir con slicks.

Jugándosela en la salida, pudiendo tener un trompo y perderlo todo. Pero eso no le echó atrás. Cayó a la última posición, sí, pero sin el Safety Car provocado por Antonio Giovinazzi, que desembocó en las paradas en boxes de los cinco primeros aprovechando la lejanía del grupo perseguidor por el VSC, el español habría sido segundo. Habría caído posiciones seguramente, sí, pero quien sabe, igual en vez de séptimo habría sido cuarto o quinto. Luchando después con el grupo de cabeza

El abrazo con Marco Matasa, su ingeniero, tras la carrera lo decía todo. Carlos se la había jugado, y le había salido bien. Franz Tost, jefe de equipo, le dijo antes de la carrera que estaba loco. Carlos
reconoció por radio que nunca olvidará la cara que puso cuando le dijo que salía con slicks.

Lo de ayer fue una demostración más de que tiene los días contados en Toro Rosso, y que un equipo top le espera. Red Bull no, tiene un muro por delante (aunque si se cumplen los últimos rumores de Ricciardo a Ferrari…). Renault va a estar al acecho, y creo que todos sabemos que ese será su destino.


Este Gran Premio ha confirmado que estos niños no son tan niños. Que este año en el que deberían sufrir por ese cambio reglamentario no les ha afectado. Se han adaptado como todos unos veteranos. Y que a este nivel tienen una larguísima carrera por delante. Y estoy seguro de que en un futuro no muy lejano estos dos hombres lucharán por el Mundial.

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