La guerra se ha declarado en el DTM. O así lo "confirmó" Pascal Wehrlein, tras lo ocurrido ayer durante la segunda carrera de la cita de Austria del certamen alemán de turismos. Un caso similar al 'Crashgate' del GP de Singapur de 2008 (el cual nuestro compañero en YouTube Efeuno está haciendo un vídeo) y que dará mucho que hablar.
Pero vamos a situarnos. Domingo, 2 de agosto de 2015. Vuelta 34 de la segunda manga en el Red Bull Ring. La última vuelta. Una lluvia torrencial. Pascal Wehrelin (octavo) adelantaba a Timo Scheider (séptimo) en la curva Remus (curva 2) y a su compañero de equipo, Robert Wickens, al salir de esa curva, con una maniobra de equipo para que el alemán minimizara daños de cara al Campeonato. Antes de llegar a la curva Schlossgold (curva 3), desde el muro, el Dr. Wolfgang Ullrich (jefe de Audi Sport) le lanzaba un mensaje en alemán por radio a Timo Scheider, el cual decía: "Schieb ihn raus!" (que en español quiere decir: "échalo fuera"). Scheider acató las órdenes, y frenó más tarde de lo normal para tocar levemente a Wickens, pero lo suficiente para que, dado el aspecto mojado del trazado, tocara también a Wehrlein en un 'efecto dominó', que acababa con ambos pilotos de Mercedes en la grava y con Scheider sexto. Mercedes y Wehrlein perdían un puñado de puntos que les podría venir bien de cara al final de Campeonato en detrimento de Audi y Scheider.
Claro está, este incidente no pasó desapercibido para Dirección de Carrera, y fue investigado, saldándose con la exclusión de Timo Scheider de la carrera. Pero los daños son muchos para Mercedes, ya que ese 0 de Wickens y Wehrlein permite que la clasificación de pilotos quede comandada por dos pilotos de Audi (de todas formas, Wehrlein habría perdido el liderato pero no se habría dejado tantos puntos) y que la marca de los cuatro aros aumente su ventaja en el Campeonato de marcas (más que sin ese doble abandono).
Pero esto va mucho más lejos. Esto es juego sucio, y si te adelantan y pierdes la posición (y por ende, los puntos), te aguantas, y luchas mejor en las próximas carreras para superarlo, no te lanzas a por ellos para echarlos de la pista. Y más con esa excusa del Dr. Ullrich diciendo que no sabía que la radio estaba abierta, ya que sólo se comunica con los jefes de equipo de Audi. Puede que sin esa comunicación de radio, todo habría quedado en un mero incidente de carrera, pero no. La comunicación se oyó.
No, esto no se debe permitir. Porque si se permite, esto es la ley del más fuerte. ¿Os imagináis que en Brasil 2012 Felipe Massa embiste a propósito a Sebastian Vettel para que pierda el Mundial en favor de Fernando Alonso? ¿O si Nico Rosberg no hubiese tenido los problemas en Abu Dhabi 2014 y alguno de los dos Williams hubieran echado a pista a Lewis Hamilton? Se habría liado pero bien gorda.
Lo de este fin de semana en el DTM no era una lucha por el título, pero estos puntos perdidos pueden costarles caros de cara al final de temporada. Hay que jugar limpio.
Lo más curioso es que en las 24 horas de Le Mans de 2011, Audi y Peugeot combatían entre sí. 3 contra 3. Pero Audi se quedó con un sólo coche, y Ullrich le pidió a los dirigentes de la marca francés que jugaran limpio. Audi ganó. Pudiendo haber hecho Peugeot triplete en Le Mans, decidió jugar limpio. La marca de los cuatro aros debe aprender de esto: si se sabe ganar, también hay que saber perder. Y con deportividad siempre.
Pero vamos a situarnos. Domingo, 2 de agosto de 2015. Vuelta 34 de la segunda manga en el Red Bull Ring. La última vuelta. Una lluvia torrencial. Pascal Wehrelin (octavo) adelantaba a Timo Scheider (séptimo) en la curva Remus (curva 2) y a su compañero de equipo, Robert Wickens, al salir de esa curva, con una maniobra de equipo para que el alemán minimizara daños de cara al Campeonato. Antes de llegar a la curva Schlossgold (curva 3), desde el muro, el Dr. Wolfgang Ullrich (jefe de Audi Sport) le lanzaba un mensaje en alemán por radio a Timo Scheider, el cual decía: "Schieb ihn raus!" (que en español quiere decir: "échalo fuera"). Scheider acató las órdenes, y frenó más tarde de lo normal para tocar levemente a Wickens, pero lo suficiente para que, dado el aspecto mojado del trazado, tocara también a Wehrlein en un 'efecto dominó', que acababa con ambos pilotos de Mercedes en la grava y con Scheider sexto. Mercedes y Wehrlein perdían un puñado de puntos que les podría venir bien de cara al final de Campeonato en detrimento de Audi y Scheider.
Secuencias del incidente |
Pero esto va mucho más lejos. Esto es juego sucio, y si te adelantan y pierdes la posición (y por ende, los puntos), te aguantas, y luchas mejor en las próximas carreras para superarlo, no te lanzas a por ellos para echarlos de la pista. Y más con esa excusa del Dr. Ullrich diciendo que no sabía que la radio estaba abierta, ya que sólo se comunica con los jefes de equipo de Audi. Puede que sin esa comunicación de radio, todo habría quedado en un mero incidente de carrera, pero no. La comunicación se oyó.
No, esto no se debe permitir. Porque si se permite, esto es la ley del más fuerte. ¿Os imagináis que en Brasil 2012 Felipe Massa embiste a propósito a Sebastian Vettel para que pierda el Mundial en favor de Fernando Alonso? ¿O si Nico Rosberg no hubiese tenido los problemas en Abu Dhabi 2014 y alguno de los dos Williams hubieran echado a pista a Lewis Hamilton? Se habría liado pero bien gorda.
Lo de este fin de semana en el DTM no era una lucha por el título, pero estos puntos perdidos pueden costarles caros de cara al final de temporada. Hay que jugar limpio.
Lo más curioso es que en las 24 horas de Le Mans de 2011, Audi y Peugeot combatían entre sí. 3 contra 3. Pero Audi se quedó con un sólo coche, y Ullrich le pidió a los dirigentes de la marca francés que jugaran limpio. Audi ganó. Pudiendo haber hecho Peugeot triplete en Le Mans, decidió jugar limpio. La marca de los cuatro aros debe aprender de esto: si se sabe ganar, también hay que saber perder. Y con deportividad siempre.
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