Llevo ya un tiempo con esto en mente. Pero por falta de tiempo o 'zascas' que me hacía el propio deporte justo cuando iba a escribirla (véase justo antes de Gran Bretaña 2014), pero creo que la situación que atraviesa es difícil, y es preciso escribirla. No sé que pasará en Austria, pero pase lo que pase, el problema no estará solucionado. Así que vamos con este artículo, y es que, para mí, la Fórmula 1 tiene un serio problema. Y ese problema tiene varios nombres, así que vamos a ir por partes.
Sí, es un problema que sabemos desde que en la F1 hay equipos, o sólo un piloto, dominando, y me remonto a 2011, cuando Sebastian Vettel empezó su apabullante, y aburrido, dominio (¡Pero ojo! ¡Con esto no quiero decir que menosprecie al alemán!). Desde que se eliminaron los repostajes en 2010, la F1 ha ido perdiendo su esencia, pero en 2012, con esos Pirelli que se degradaban enseguida, y a principios de 2013, se empezaba a recuperar. Pero llegó el GP de Gran Bretaña de 2013, los neumáticos explotaron, y Pirelli pasó de hacer neumáticos como Dios manda, a hacer piedras. Pero a la F1 no le falta emoción por sus carreras largas, ya que muchos comparan esta categoría con MotoGP, la cual las carreras duran 1 hora, y en F1, alrededor de hora y media. Porque, puestos a decir que es por su duración, ¡entonces el Campeonato Mundial de Resistencia (WEC) sería un tostón! Pues no amigos, no es así. El WEC es mucho más emocionante que incluso MotoGP. Veréis, yo no sigo la categoría reina de las dos ruedas, ni siquiera sé cuando corren, pero a mi familia les encanta, y siempre me piden que les ponga las motos en el ordenador para poder verlas en directo siempre, y algunas veces las veo, y las carreras son emocionantes, ya que hay veces que no sabes a ciencia cierta quién será el ganador, o quién ocupará el último escalón del podio hasta la última curva de la última vuelta. Pero en el WEC, pese a ser carreras de 6 horas, o 24 en el caso de Le Mans, hay mucha emoción y muchos cambios de líder. No me voy muy lejos en el tiempo. Silverstone, 12 de abril de 2015. Se celebran las 6 horas de Silverstone, y las tres grandes marcas que compiten en la categoría LMP1, Audi, Porsche y Toyota, se alternan en el liderato con algunos de sus coches, y terminando, los tres primeros, con una diferencia de tan sólo 12 segundos. ¿Cuándo fue la última vez que vimos a los 3 primeros en F1 llegando en menos de 10 segundos en condiciones normales (y con condiciones normales me refiero a una carrera que no terminara con Safety Car o en lluvia)? Pues hay que irse al GP de Bahréin de este año, donde Lewis Hamilton, ganador, le sacó 6 segundos a Nico Rosberg, tercero. Pero, ¿y entre los cuatro primeros? Sería Hungría 2014, pero la saltamos excepcionalmente por no ser una carrera en condiciones normales, ya que pasó de todo, y en condiciones normales me refiero a una carrera en seco, con pocos incidentes. Así que nos tenemos que remontar al GP de Italia de 2013, cuando Sebastian Vettel le sacó sólo 9 segundos a Felipe Massa, cuarto clasificado, casi dos años atrás. Problema número 1 de la F1 actual.
Segundo gran problema en la F1, y que ha propiciado la desaparición de muchos motoristas (véase BMW, Honda (aunque ahora ha regresado) y Toyota, en 2009, o Peugeot y Ford en su momento) y de algunos equipos, como recientemente les ha pasado a HRT, en 2012, y Caterham, en 2014. Los repartos de los ingresos en la cuenta de la Fórmula 1 son un poco liosos, así que vamos a explicaros su procedimiento gracias a la información del reportaje "Marussia acaba en pedazos", de Movistar F1:
En 2013, la F1 ingresó 1800 millones de dólares en cuestión de ingresos por TV y publicidad. A partir de ahí, se divide 50-50 entre la FOM y los equipos de F1, por lo que a cada uno le corresponden 900 millones de dólares. Empezamos por los 900 de los equipos, de los cuales sólo los 10 primeros de la clasificación de, en este caso, 2013, reciben los primeros 42,7 millones, por lo que el único que se queda sin 'pellizco' es Caterham. 427 millones acaban de ser repartidos, por lo que quedan ahora 473. Otros 427 se reparten entre, otra vez, los 10 primeros, pero ya no es igualitario. El 70% de esos 427, es decir, 298,9 millones, se reparten entre los 5 mejores de 2013, es decir, Red Bull, Ferrari, Mercedes, Lotus y McLaren (59,78 a cada uno), mientras que el 30% restante, es decir, 128,1 millones, entre los últimos clasificados, excluyendo a Caterham, por lo que a Sauber, Toro Rosso, Williams, Force India y a Marussia les tocan 25,62 millones a cada uno. De esos 50 restantes, 45 van a Ferrari por ser el único en estar ahí desde 1950, y otros 45 del montante de la FOM. En total, 90 millones al equipo italiano. Vamos con la FOM. Una vez quitados los 45 millones, nos quedan 855, de los cuales 60 van a Mercedes y a Williams por, también, historia. 30 para cada uno. 10 millones van a parar a Caterham, por ser el último de la parrilla, y 135 millones van a parar a los tres mejores de las cuatro temporadas anteriores a 2012, es decir, la mezcla entre 2008, 2009, 2010 y 2011, siendo Ferrari, Red Bull y McLaren los beneficiados, y llevándose 45 millones cada uno. Quedan 650, que se quedan en la empresa de Bernie Ecclestone. Como veis, la diferencia entre Ferrari, que es el que más se lleva, 209,4 en total, y, ya no Caterham, sino Sauber, por ejemplo, que se lleva 72,6, es de 136,8 millones de dólares. Una barbaridad. Segundo problema de la F1, ya que es imposible que un equipo como Caterham, que cobra 10 millones, plante cara ya no a Mercedes, obviamente, pero tampoco a un Toro Rosso, con una diferencia de 57,7 millones.
El límite presupuestario. Esa gran, y perdonadme la expresión, mierda pintada de purpurina que los equipos que iban a entrar en 2010 (originariamente Campos Meta, Manor y Team Lotus, que evolucionaron a HRT, Marussia y Caterham, pero también iban a estar USF1 y StefanGP, que no llegaron a entrar) se tragaron. La historia empezó en 2008, cuando la FIA abrió un plazo para 3 nuevos equipos en 2010, con la promesa de que iba a haber un límite presupuestario que los equipos no podrían sobrepasar. Los equipos que presentaron la candidatura se tragaron la mentira, así que, cuando entraron en 2010, su primer año, ese límite no llegó, y lo postpusieron a 2011. Ese límite no llegaba, y los equipos seguían luchando por no ser el último para ganar dinero. Esa falsa promesa llegó a su, valga la redundancia, límite, cuando, en 2012, el equipo HRT anunciaba su desaparición. En tres años, su mejor resultado en carrera había sido un 13º puesto obtenido por Vitantonio Liuzzi en el GP de Canadá de 2011. Tres años, y ni un mísero punto, algo que no pensaban que iba a ocurrir, ya que con el supuesto límite presupuestario, conseguirían llegar a la zona media de la tabla entre 2011 y 2012. 2014, el año de los cambios.... Pero con la misma cantinela: no hay límite de presupuesto. Los equipos punteros seguían gastando más y más, y los pequeños sobrevivían como podían en ese año de gastos estratosféricos comparados con los de 2013. A finales de ese año, del 2014, vivimos dos desapariciones, aunque al final fue sólo una: Caterham y Marussia, actual Manor Marussia. El equipo malayo desaparecía tras 5 años de lucha, y el anglo-ruso renacía de sus cenizas como el ave fénix tras estar al borde de la subasta. Han pasado 5 años desde esa falsa promesa, y sigue sin llegar, y vemos como los Mercedes dominan fin de semana sí y fin de semana también, mientras, en otro mundo, están los Ferrari y los Williams, y, más alejados, el resto de mortales: Red Bull, Sauber, Force India... Y Manor, a un mundo de los mortales. Pero no es nueva esta situación, ya que en 2011 y 2013, años en que Vettel y Red Bull dominaron con mano de hierro la F1, era parecido, ya que el alemán les sacaba un mundo al resto, y luego estaban los HRT, los Marussia y los Caterham, en su particular lucha. 2012 fue un año donde se debería tomar nota de él, ya que un cambio brusco en las reglas, donde se eliminaron los escapes soplados que les daban esa ventaja a Red Bull en 2011, produjo que se diera una situación que no se daba en casi 20 años. 7 ganadores distintos en las 7 primeras carreras: Button en Australia, Alonso en Malasia, Rosberg en China, Vettel en Bahréin, Maldonado en España, Webber en Mónaco y Hamilton en Canadá. Teníamos un campeonato igualadísimo, donde podíamos ver hasta 14 pilotos en 1 segundo, y donde la Q3 se vendía muy cara. ¿Por qué no tomamos nota de ese año y hacemos algo para que vuelva a pasar? Yo os diré por qué: porque tanto a Bernie Ecclestone como a la FIA les da igual que haya 1 ganador que 9, les da igual 12 equipos que 5. Ellos quieren seguir ganando dinero, pero si la F1 sigue así, las audiencias bajarán, y con ella los ingresos, y entonces se darán cuenta de ese problema. Pero mientras Jean Todt siga al frente de la FIA y culpando a los pilotos de los accidentes (como en el caso Bianchi, ya que en el informe de su accidente la FIA lo señalaba como único culpable), y mientras Bernie Ecclestone siga también controlando la FOM y cobrándonos 30 euros por una App para Smartphones que hasta la sexta carrera del campeonato iba mal, y cobre casi 200 euros por ir sólo el domingo a ver un GP, la F1 seguirá en caída libre. Le está pasando a la FIFA ahora mismo con todos los casos de corrupción que están saliendo, y todos los problemas que están habiendo, como la dimisión de su mandatario, el suizo Joseph Blatter, y la más que posible no celebración de los mundiales de Rusia 2018 y Qatar 2022, y muy pronto le pasará a la FIA y a la FOM. No con casos de corrupción (bueno, exceptuando que Ecclestone ya está siendo juzgado por el 'caso Gribkowsky', del cual le acusan de haber cobrado comisiones ilegales), pero sí con esa pérdida de dinero que están sufriendo. Tienen que actuar ya, ya siendo con cambios generacionales, en el caso de Bernie, o con elecciones, en el caso de Todt.
Amigos, vosotros, y los espectadores a la F1 que no me estén leyendo, no sois tontos, y si algo no os gusta, no lo veis. Pues esto está pasando en España, y en Europa entera con la F1. A la gente no le interesa ver cómo cada carrera los tres primeros en clasificación y carrera son los mismos carrera sí y carrera también, y se van desenganchando de este deporte. Vamos a comparar las audiencias de principio de temporada desde 2013 en España y las carreras donde Fernando Alonso, héroe nacional aquí, ha ganado o ha estado cerca:
El GP de Australia. Horario atípico, a las 7:00 de la mañana, 6:00 en 2015. Pero aún así, en 2013 se levantaron casi millón y medio de personas a verlo en directo, y otros tres millones de espectadores la vieron en diferido. En 2014, la situación fue mejor en lo que al directo se refiere, ya que, mientras que en 2013 fueron 1.300.000 personas, en 2014 fueron 1.438.000. Luego en el diferido se notó, ya que sólo 1.800.000 personas vieron la repetición. En 2015, sin Fernando Alonso y siendo una hora antes, la audiencia bajó en picado, y en el directo no se llegó ni al medio millón de espectadores. Cierto es que en el diferido hubieron millón y medio de personas pegadas a la tele, pero el bajón ha sido gordo. GP de China de 2013, Fernando Alonso en lo más alto del podio, y 3 millones de personas lo vieron en directo, junto al más de millón y medio que lo vio en diferido. Un año después, con el español en el podio, sólo dos millones de personas veían la carrera en directo, y millón y medio en diferido. En 2015, con un coche difícil de conducir, pero con tres españoles en pista, el propio Alonso, Carlos Sainz y Roberto Merhi, ni un millón de personas la vieron en directo, y por poco se superó esa cifra en el diferido. Vamos a ver en el GP de España, que siempre es de los que más audiencia recibe en este país. En 2013, con victoria de Alonso, las audiencias se situaron en más de cinco millones y medio de espectadores. Un año después, con un coche inferior y luchando por la novena plaza, cuatro millones de personas vieron esa carrera, mientras que, en 2015, con abandono del asturiano, pero con una gran actuación de Sainz y Merhi, sólo dos millones y medio de espectadores vieron el GP. Casi la mitad que en 2014. Pero la cosa no se queda ahí, ya que, gracias a la información recogida por los compañeros de FormulaTV, la audiencia ha ido teniendo altibajos. En 2004, primer año que se dio por Telecinco con Fernando Alonso en pista, el GP tuvo una audiencia de cuatro millones de espectadores. Al año siguiente, año de su primer título, se llegó al pico, con seis millones de personas viéndolo, mientras que en 2006, con victoria apabullante, cinco millones de espectadores pusieron Telecinco. Y la cifra no bajó de ahí hasta 2009, cuando, en su segunda época en Renault, el GP lo vieron sólo tres millones de personas. 2010, año de su llegada a Ferrari, y otra vez cinco millones de personas vieron el GP de España, mientras que en 2011 y 2012 no se llegó a esa cifra, aunque se rozó en 2012. Y pasamos a ver la evolución de audiencias en el último GP. En 2013, con todo decidido ya, el GP de Brasil fue visto por tres millones de personas. En 2014, dos compañeros de equipo peleaban por el Mundial, y la lucha iba a ser fraticida. Pero las cifras no mejoraron, y se quedaron en esos tres millones de espectadores. Falta ver en este 2015, al que todavía le quedan 12 carreras. En cuanto a las audiencias totales, en 2013, la temporada de F1 fue vista por un total de 77 millones de espectadores, con una audiencia media de 4 millones por carrera, mientras que en 2014, la cifra bajó hasta los 54 millones, y con una media de 3 millones por GP. Todo parece indicar, si no cambian las cosas para Alonso y McLaren, que la audiencia media por GP será este año de 2 millones. Pero también hay un factor clave en esta bajada de audiencias: la TV de pago. Desde 2014, en España está el formato mixto de pago y en abierto, desde que Movistar comprara los derechos de F1, y los compartiera con Antena 3. Puede que el nuevo formato de retransimisión desde Madrid en la cadena de San Sebastián de los Reyes no sea del agrado de los espectadores, y hayan preferido pasarse a Movistar, con una cobertura del GP muchísimo más amplia que la de Antena 3.
En cualquier caso, no sólo en España se nota la bajada de audiencias. En Alemania, y estamos hablando de Alemania, que tienen un coche campeón, un piloto local en ese coche, y otro en Ferrari, la RTL, televisión pública de Alemania, se está planteando si renovar los derechos para 2016. Además, la pérdida del GP en 2015 hace que los espectadores 'dejen' de lado la F1.
5. El poco interés de las marcas en entrar
La poca libertad y los elevados presupuestos hacen que las marcas se lo piensen dos veces antes de entrar, o volver, a la F1. Y vuelvo a poner el ejemplo del WEC y de MotoGP. En el campeonato de la resistencia, el pasado año entró Porsche, y este año Nissan, mientras otras marcas como BMW se plantean entrar. En cuanto a las motos, una oleada de nuevas marcas, como Suzuki, que ya ha entrado, Aprilia, Kawasaki o KTM, se pelean por plazas en el campeonato. En F1, pocas marcas se interesan, y, en 2014, sólo tres motoristas, Mercedes, Renault y Ferrari. Con la entrada de Honda, vuelven a ser cuatro, pero, si comparamos con 2006, son pocos. En esa temporada, teníamos hasta siete (Mercedes, Ferrari, Renault, Honda, Toyota, BMW y Cosworth), mientras que en 2003, teníamos 9 repartidos en 10 equipos (Ferrari, BMW, Mercedes, Toyota, Renault, Petronas, Ford, Cosworth y Honda). Hace falta que vuelvan los clásicos, como BMW, Toyota o Peugeot, pero necesitamos atraer a las nuevas marcas, como Audi, Citröen, Porsche o Nissan. Y todo empieza por abaratar costes y ser benévolo con las normas.
5. El poco interés de las marcas en entrar
La poca libertad y los elevados presupuestos hacen que las marcas se lo piensen dos veces antes de entrar, o volver, a la F1. Y vuelvo a poner el ejemplo del WEC y de MotoGP. En el campeonato de la resistencia, el pasado año entró Porsche, y este año Nissan, mientras otras marcas como BMW se plantean entrar. En cuanto a las motos, una oleada de nuevas marcas, como Suzuki, que ya ha entrado, Aprilia, Kawasaki o KTM, se pelean por plazas en el campeonato. En F1, pocas marcas se interesan, y, en 2014, sólo tres motoristas, Mercedes, Renault y Ferrari. Con la entrada de Honda, vuelven a ser cuatro, pero, si comparamos con 2006, son pocos. En esa temporada, teníamos hasta siete (Mercedes, Ferrari, Renault, Honda, Toyota, BMW y Cosworth), mientras que en 2003, teníamos 9 repartidos en 10 equipos (Ferrari, BMW, Mercedes, Toyota, Renault, Petronas, Ford, Cosworth y Honda). Hace falta que vuelvan los clásicos, como BMW, Toyota o Peugeot, pero necesitamos atraer a las nuevas marcas, como Audi, Citröen, Porsche o Nissan. Y todo empieza por abaratar costes y ser benévolo con las normas.
Otro problema de la F1 actual: el éxodo hacia el medio oriente. Si vemos el calendario de 2003, se componía de 16 carreras, de las cuales 10 eran en Europa, es decir, un 62,5%. 5 años más tarde, en 2008, seguían siendo 10, pero de 18 carreras, lo que significaba un 55,5%. Y otros 5 años más tarde, en 2013, fueron 7 carreras en el viejo continente de 19 que conformaban el calendario. Un 36,84%. Desde 2014, con las salidas de Corea e India, y las incorporaciones de Austria y Rusia, pertenecientes a Europa (sí, Sochi está en la zona europea de Rusia), el número se ha incrementado hasta 9 de 19 en 2014 (un 47,36%) y 8 de 19 en 2015 (42,1%). Pero el número va a ir bajando, porque, sí desaparece el GP de Italia, y siguen llegando carreras en países exóticos como Azerbaiyán, Qatar o Irán (sí amigos, Irán planea construir un circuito de carreras), ¿qué va a pasar con la audiencia en Europa? Pues que seguirá bajando, como lo está haciendo ahora. Desde que entramos en el nuevo siglo, es decir, desde la temporada 2000, ha ido perdiendo Grandes Premios clásicos, como el de San Marino, en 2006, o el de Francia, en 2008. Pero no sólo GP, sino que también algunos circuitos como Nürburgring, al borde de la desaparición. Y mientras tanto, la FOM sigue negociando construir más 'tilkódromos' en países exóticos, en unos circuitos con largas rectas, pocas curvas emocionantes y con largas curvas.
Estas son mis razones para afirmar que la F1 tiene un problema. Y mientras, como he comentado antes, la FIA y CVC (propietaria de los derechos) sigan exprimiendo a la gallina de los huevos de oro, algún día la gallina morirá, y entonces se darán cuenta del grave error que han cometido con la F1. Pero no sólo ellos tienen la culpa. También la tienen los equipos, ya que hasta que los Team Manager, es decir, Arrivabene, Boullier o Horner, deben plantar cara a la FIA y a Ecclestone, y decirle: "hasta aquí hemos llegado, hay que cambiar".
Y con esa frase me despido: "Hay que cambiar".
Estas son mis razones para afirmar que la F1 tiene un problema. Y mientras, como he comentado antes, la FIA y CVC (propietaria de los derechos) sigan exprimiendo a la gallina de los huevos de oro, algún día la gallina morirá, y entonces se darán cuenta del grave error que han cometido con la F1. Pero no sólo ellos tienen la culpa. También la tienen los equipos, ya que hasta que los Team Manager, es decir, Arrivabene, Boullier o Horner, deben plantar cara a la FIA y a Ecclestone, y decirle: "hasta aquí hemos llegado, hay que cambiar".
Y con esa frase me despido: "Hay que cambiar".
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